sábado, 26 de marzo de 2011

Te doy mi alma desnuda, Juana de Ibarbourou


Te doy mi alma desnuda,
como estatua a la cual ningún cendal escuda.

Desnuda con el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor;
de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.

De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas,
que no sienten vergüenza del sexo sin celajes
y a quienes nadie osara fabricarles ropajes.

Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena
¡que tuviera una intensa blancura de azucena!

Desnuda, y toda abierta de par en par
¡por el ansia del amar!

3 comentarios:

Luis dijo...

Que hermoso...

Alicia R. dijo...

para soñarrr

Ico dijo...

desnuda con el impudor puro, sólo así se entrega uno al maor..

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