jueves, 13 de mayo de 2010

Imperativos del sediento viajero, Vargas Llosa


Ésta es una orden de tu esclavo, amada.

Frente al espejo, sobre una cama o sofá engalanado con sedas de la India pintadas a mano o indonesio batik de circulares ojos, te tumbarás de espaldas, desvestida, y tus largos cabellos negros soltarás.
Levantarás recogida la pierna izquierda hasta formar un ángulo. Apoyarás la cabeza en tu hombro diestro, entreabrirás los labios y, estrujando con la mano derecha un cabo de la sábana, bajarás los párpados, simulando dormir. Fantasearás que un amarillo río de alas de mariposa y estrellas en polvo desciende sobre ti desde el cielo y te hiende.
¿Quién eres?
La Danae de Gustav Klimt, naturalmente. No importa quién le sirviera para pintar ese óleo (1907-1908), el maestro te anticipó, te adivinó, te vio, tal como vendrías al mundo y serías, al otro lado del océano, medio siglo después. Creía recrear con sus pinceles a una dama de la mitología helena y estaba precreándote, belleza futura, esposa amante, madrastra sensual.
Sólo tú, entre todas las mujeres, como en esa fantasía plástica, juntas la pulcra perfección del ángel, su inocencia y su pureza, a un cuerpo atrevidamente terrenal. Hoy, prescindo de la firmeza de tus pechos y la beligerancia de tus caderas para rendir un homenaje exclusivo a la consistencia de tus muslos, templo de columnas donde quisiera ser atado y azotado por portarme mal.
Toda tú celebras mis sentidos.
Piel de terciopelo, saliva de áloe, delicada señora de codos y rodillas inmarcesibles, despierta, mírate en el espejo, díte: «Soy reverenciada y admirada como la que más, soy añorada y deseada como los espejismos líquidos de los desiertos por el sediento viajero».
Lucrecia - Dánae, Dánae - Lucrecia.

Esta es una súplica de tu amo, esclava.
Del libro "Los cuadernos de Don Rigoberto", de Vargas Llosa, esta es una de las tantas cartas que Rigoberto escribía para su esposa Lucrecia, aunque nunca termina de aclarar si esta las recibía o jamás salían de sus cuadernos.


4 comentarios:

nosequé dijo...

Cartas tan sublimes y sensuales, que deseas ser la destinataria.

Besos dobles

Luisoroverde dijo...

Como lectora de este blog.. puedes considerarte destinataria Nose. ;)

Un abrazo viajero para ti, Guapa.

Madison dijo...

Me encanta este libro, lo tengo porque hace unos añitos me lo regalaron.
Hay una carta (creo recordar) con una propuesta increible, pasar un día juntos, despues a la noche cada uno por su lado y de neuvo con su vida.
Me encantó esa cartas.

Anónimo dijo...

Si.. es na carta toda corazón.. creo que la propuesta era de una semanita.
También me gusta el relato que de aquella semana le hace Lucrecia a su Rigoberto...
un abrazo Madi.

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