martes, 11 de mayo de 2010

Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer




Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en la rama,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarla!

¡Ay!, pensé, ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: "¡Levántate y anda!"


2 comentarios:

Madison dijo...

Maravilloso chicos, maravilloso poema.
Un beso muy fuerte

Anónimo dijo...

Es realmente hermoso Madi. Es un verdadero placer leer cada frase, cada palabra.

Un beso grande.

Ir al comienzo Ir al buzón de chat