

Pues aunque parezca mentira, el único crimen necesario es la generosidad.
¿La generosidad de compartir lo que no nos pertenece?
No, de compartir lo que hemos descubierto y que no puede tener un dueño, solo tiene autor.
Un descubrimiento, una melodía, el conjunto de palabras que conforman un libro, o de imágenes que forman una película son de quien las oye, las vé o las lee. aunque tengan un autor, este no es dueño de ellas, al punto de prohibir que estas se copien con el fin de compartirse.
0 comentarios:
Publicar un comentario